Sobre la Cueva de Bernardo de Carpio(Extraído del Boletín Cultural n. 10 de la Asociación de Amigos Monasterio de Aguilar, Julio de 1986) Pág. de origen: http://www.ku.edu/history/ftp/primary_texts/bernardo_del_carpio.html El Caballero Bernardo del Carpio "Andados XXVII annos del reynado del rey don Alfonso el Casto... et del ynperio de Carlos en XII, el rey don Alfonso, pues que vio que era viejo et de muchos días, enbio su mandadero en poridad a Carlos, enperador de los romanos et de los alemanes et rey de los franc,eses, commo el non auie fijos, et sil quisiese venir ayudar conta los moros, quel darie el reyno". En este contexto referido por Alfonso X (1) y plagado de errores cronológicos debe situarse la aparición del personaje llamado Bernardo de Carpio "uno de los mas illustres Caualleros que ha tenido España y de los mas celebrados de la fama por esforzado y animoso y vencedor de grandes batallas", en palabras del cronista del Monasterio de Santa Maria la Real Fray Antonio Sánchez (2). Su carácter mítico-literario, nacido en el seno de la leyenda altomedieval, dada mas tarde por realidad histórica, no es óbice para que hoy podamos contar con una biografía tan detallada del caballero para que sí quisieran otros personajes reales, regios incluso, de aquellos siglos. ...Roncesvalles... ......Así pues con este episodio surgirá la fama y la figura, por ende necesaria, de un héroe nacional leones que no duda en aliarse con los enemigos de su fe aunque, eso si, de reinos peninsulares, para hacer frente a una invasión ultrapirenaica aunque sea cristiana. La prisión de su padre le induce a pedir al rey su libertad, que le Serra repetidamente negada aun habiendo conseguido derrotar a los musulmanes en Benavente y Zamora. Despechado se retiro a sus posesiones patrimoniales, en Saldaña dedicándose a la muy señorial actividad del saqueo en tierras reales consiguiendo, de este modo, que Alfonso II, sin herederos, no le nombrase a el como sucesor, permaneciendo en esta actitud de rebeldía durante los reinados de Ramiro I (842-850), Ordoño I (850-866) y en los primeros años de Alfonso III (866-910). A pesar de las victorias frente a los musulmanes conseguidas durante el reinado del ultimo monarca, este no puede perdonar el pillaje y la rebeldía de Bernardo que ahora se traslada al castillo de Carpio, cerca de Alba de Tormes, acentuando su insumisión: "hacia cabalgadas en las tierras del rey, robaba, saqueaba y talaba ganados y campos. Por otra parte los moros, a su instancia, molestaban grandemente las tierras de cristianos" nos dice Mariana. Desde Alfonso X hasta el Padre Mariana, pasando por Valbuena, Ambrosio de Morales o Lope de Vega, son numerosos aquellos que han inspirado en tan agitada vida sus crónicas, sus versos o su teatro constituyendo de este modo uno de los personajes mas representativos de la _supuesta_ historia de la España medieval. La cueva La _Cueva de Bernardo de Carpio_ constituye una pequeña cavidad de apenas siete metros de profundidad, de origen karstico, emplazada en la falda meridional de la Peña Longa, inmediata al Monasterio de Santa Maria la Real. Refiere el documento de fundación del Monasterio que cuando el caballero Alpidio trataba de dar caza a un venado descubrió en la peña antedicha, junto al lugar donde hoy esta el antiguo cenobio, dos pequeñas ermitas abandonadas: una contenía reliquias de San Pedro y San Pablo Apóstol, la otra, situada mas abajo, guardaba las de Santa Maria, Santa Engracia, San Juan Bautista, San Pelayo Mártir y San Martín Confesor, según rezaban tres letreros (8). Excepto para el padre Flóres quien en el siglo XVIII considero como bueno este documento, los demás autores que se han ocupado del tema lo tienen por falso. Aun así es posible ver en esta leyenda cierta inspiración en la realidad -tal como puede ocurrir en la fundación del Monasterio de San Pedro de Arlanza por Fernán González, ciertamente similar a la que nos ocupa- y no es difícil asociar la primera ermita con la Cueva de Bernardo -ya lo dice fray Antonio Sánchez- y la segunda con la de los "Gitanos", desaparecida parcialmente por el ensanche de la carretera de Cervera. Dentro de la cueva aun es posible ver la cubierta de un sepulcro, con toda certeza mil veces violado, en el que con letra gótica se nos cuenta quien es el difunto que ahí reposa. El deterioro del conjunto es evidente: junto a toda la tierra removida aparecen sillares en total desorden e incluso la inscripción se ha perdido en parte, aunque gracias a fray Antonio Sánchez sabemos que cuando se hallaba completa decía: "Aquí yace sepultado el noble y esforzado cavallero Bernardo del Carpio defensor de España hijo de don Sancho Díaz conde de Saldaña i de la infanta doña Ximena hija del rey don Alonso el 2 llamado el Casto. Murió por los años de 850" (9). Como se puede ver aquí, en contradicción con todas las demás fuentes, se hace a Bernardo no sobrino del rey, sino nieto. El emperador Carlos, en uno de sus viajes, visito el enterramiento del caballero llevándose su espada, que aun hoy se puede contemplar en la Armería de Madrid. El mismo cronista nos dice que junto a este sepulcro se hallaba otro, el de Fernán Gallo "natural de Burgos, Canciller Maior en la batalla de Ronces Valles donde perdió un ojo mas no el estandarte" (10). Sobre la tumba, la leyenda: "Quoniam in vita, bernarde, conjunximus facta pulchra jungamos modo sepulcra" (11), que el monje tradujo por: "Pues en la vida, Bernarde, seguimos buenas venturas, juntemos las sepulturas" (12). Cuando Sebastián de Miñano entre 1826 y 1829 y Pascual de Madoz entre 1845 y 1850 redactan sus respectivos Diccionarios Geográfico-Estadísticos, este enterramiento aun se podía ver. Hoy no queda ni rastro de el. Mas aun, en la misma Crónica del Monasterio se habla de que fuera de la cueva, en el suelo de la ermita propiamente dicha, bajo "una lapida bien grande algo levantada con una espada labrada en la misma piedra por armas", reposan los restos del caballero francés don Bueso, derrotado en batalla por el propio Bernardo (13). Miñano y Madoz no hablan ni del enterramiento ni de la ermita probablemente ya desaparecida y con cuyos restos -románicos- se levantaría el actual muro de cierre de la cueva. A modo de conclusión Con los pocos restos que actualmente se conservan nos podemos plantear varias incógnitas. Las primeras surgen con el carácter del enterramiento, pues si por un lado ya hay que tener en cuenta el hecho de que el propio Bernardo de Carpio es personaje nacido en la leyenda y no en la historia, por otro es importante destacar como una inscripción funeraria que por su tipo de letra se podría fecharen el siglo XV, correspondería a la sepultura de alguien que murió en el siglo IX. ¿A que se debe todo esto? La evidencia de falso enterramiento procurado por los monjes ya quedo apuntada por Miguel de Unamuno en _Visiones y Andanzas Españolas_ (14). Durante la Edad Media es practica común en iglesias y monasterios la invención de sepulturas de personajes famosos -algunos realmente las poseían- y de imágenes o reliquias milagrosas. Esto, sumado a la tradición de fundación antiquísima, hace que la institución gane en nobleza y prestigio constituyendo un buen sistema de atracción de devotos y peregrinos. En la España cristiana medieval contamos con un notable ejemplo: el hallazgo del cuerpo del Apóstol Santiago y su ubicación en Compostela, dando lugar a uno de los movimientos económicos y culturales mas importantes del medioevo, el Camino de Santiago o Camino francés, uno de cuyos ramales secundarios probablemente pasaba por Aguilar (15). ¿Fue esta la idea que animo a los monjes de Santa Maria la Real a "inventar" la tumba de Bernardo del Carpio? Es difícil dar un si rotundo, aunque es muy probable. No olvidemos que la imagen del Santo Cristo -que hoy se halla en la Colegiata de San Miguel- era objeto de gran atracción y que el monasterio contaba con dos hospederías (*ver notas del transcriptor de este texto*). Este es un punto que quizás nunca lleguemos a esclarecer. Lo que resulta mas accesible es poder conocer los primeros momentos de utilización de la cueva ya sea como cámara sepulcral ya sea como centro de oración o de hábitat -datable a priori en los siglos altomedievales-, aunque realmente solo con la aplicación de métodos arqueológicos podremos llegar a saber la historia y carácter de la misma. -------------------
- La excavación arqueológica de esta cueva se realizo bajo la supervisión del director del C.E.R., Jaime Nuño, para mas referencias. Trascrito y enviado por José Miguel Segarra con permiso del miembro de la lista Pedro Luis Huerta (ausente por el temporal de nieve y frio), Centro de Estudios del Románico, Monasterio de Santa Maria la Real, Aguilar de Campoo, Palencia, España. |