Transcripción de la parte del manuscrito narrando la estancia en Aldeatejada y el recibimiento en Salamanca.
al Abadía y la princesa quedó en la calcada; repartiose la gente por los lugares comarcanos. Hizo esa noche don Antonio de Sotomayor un banquete solemnísimo a los condes de Niebla y Bailén y a otros muchos caballeros que con el fueron a Béjar que dista de allí sola una legua; esta misma noche fue a casa su Alteza en el Abadía y mató una puerca y vino a amanecer junto a la calzada, de donde partió la princesa ese día y vino a dormir a Frades y el príncipe se quedó en un lugar cerca de allí porque lo más del día había venido tras de la princesa encubierto como solía. Viernes siguiente, la princesa fue a dormir a Aldeatejada y esta misma noche envió el príncipe por el obispo de Cartagena y confesose con él y lo mismo hizo la princesa. Estuvo en este lugar hasta el lunes que se le hizo el recibimiento en Salamanca de la manera siguiente, venido el lunes que se contaron trece de nobiembre a la una después de mediodía, salió la princesa de este lugar acompañada de gran número de gentes así de los que con ella venían como de los cortesanos que de Salamanca salieron embozados avueltas del príncipe que también la acompañó encubierto hasta la entrada de la ciudad. Salió este día en una mula con una guarnición de brocado de tres altos alcorchofado y la gualdrapa de lo mismo, traía una saya de brocado y tela de plata escarchado con una gorguera de red de oro muy menuda y muy subida con un escofión de oro y su birrete de terciopelo verde y encima un chapeo de raso blanco con su torsal de oro, llevaba cubierta una capa castellana de terciopelo entre morado y pardo con dos tiras de oro tirado alrededor y por medio una lisonja de lo mismo. Iban inmediatamente de ella el arzobispo de Lisboa y luego a la mano derecha el duque de Medina y a la izquierda Gaspar de Caravallo, embajador, a la derecha el obispo de Cartagena y a la otra, el de León, Luis Sarmiento llevaba a la princesa de la rienda. Antes de estos iba el mayordomo mayor de la princesa con una cadena gruesa y un bastón haciendo lugar; detrás de la princesa iba doña Estefanía y la camarera mayor y luego todas las damas en la misma orden que traían por el camino y así comenzó a mover con muy grande estruendo de instrumentos bajos y altos que la estaban aguardando a la puerta a la forma del camino; saliendo del lugar echó a la mano derecha por unos prados muy llanos que había y donde estaban esperándola muchas danzas de mozas a la costumbre de la tierra, tras estos la iglesia con la orden que acostumbran, luego salieron once banderas de soldados muy bien aderezados hechos un esuadrón en que había 1500 y hecha su reverencia cercáronla alrededor y vinieron así con ella gran trecho hasta que llegaron a un otero que estaba a la mano derecha del camino y apartáronse desde allí y fuéronse a poner en un cerro que está en medio de otros dos que estaban un compás y echó su caracol, estuvieron quedos hasta que su Alteza llegó al llano donde comenzaron luego de abajar gente de a caballo de seis en seis vestidos de colorado con lanzas y adargas y veletas coloradas y lo mismo hicieron los del otro cerro vestidos de blanco y amarillo con lanzas y adargas y veletas blancas y vinieron a juntarse muy cerca de la princesa y escaramuzaron muy hermosamente y de forma que parecía que pasaba la cosa de verdad y así hicieron todos los que restaban de una y otra parte que serían hasta cuatrocientos de acaballo, acabó esto, tornáronse a juntar todos y cercan a la princesa y vinieron con ella hasta la aldea del cerro donde estaba la gente de pie a la cual arremetieron los colorados primero y rodeáronlos y trabajaban de rompellos y ellos se defendían con su caracol y arcabucería de que estaban bien proveídos en este debate llegaron los blancos en su defensa y comenzose otra vez la escaramuza que fue harto de ver por ser muy semejante a lo que suele pasar en estos trances con este regocijo llegó hasta un trio de arcabuz de la puente donde salió la Universidad con capas largas de terciopelo negro y los aforros de raso carmesí, iban los colegios delante por sus antigüedades y todos con sus insignias y capirotes de sus facultades, besaron la mano a su Alteza y retiráronse y pasó adelante y comenzó a entrar en la puente, do en medio de la cual estaba media torre y encima estaban dos encasamientos y en el medio estaba una estatua de Hércules desnuda algo mayor que natural; entró con una faja delgada con un nudo dado en ella tenía a la mano diestra otra efigie de la diosa Pallas y en el siniestro una imagen de la diosa Juno con cada ser versos exámetros y pentrametos que decían así:
Fuente: http://www.cervantesvirtual.com/bib/historia/CarlosV/8_5_transcripcion_manuscrito2.shtml
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