La Bandera (III)
INTERPRETACIÓN
El rito que se repite año tras año sirve para conmemorar la liberación de las humillaciones sufridas por los hinojoseros en tiempos remotos infligidos por el Feudal según cuenta la tradición y la leyenda.
Se cuenta que Hinojosa tenía un castillo del que hoy no queda nada más que el recuerdo. Los más ancianos aún señalan donde vieron los cimientos y acompañan el relato con leyendas de tesoros escondidos. En el castillo moraba un señor feudal con derechos humillantes para el pueblo como lo era el "derecho de pernada", es decir, acostarse con la novia la noche de bodas. Hartos ya de los abusos del Feudal, los hinojoseros, la noche de San Juan se unieron y alzaron contra él asaltando el castillo. Al tirano, apenas la da tiempo a vestirse, y tras la lucha, logra huir a Portugal. En el ritual de echar la bandera, el de la albarda, que representa el poder y represión de las armas con que se abre camino entre el público, ostenta la riqueza a través de la faja bordada y el sombrero, manda y dirige a los grupos que le siguen: la justicia y corregidor, de los que se burla bailando; luego se enfrentará con el de la bandera, por el que, por fin es vencido; razón por la que el abanderado es izado y aplaudido por el público, que además participa de la acción persiguiendo al de la alabarda cuando éste corre. El Padre Moran recoge en 1919 ; "Investigaciones acerca de Arqueología y Prehistoria de la Región Salmantina"(Pág.80),la siguiente versión: ... Inmediato a la referida ermita se levantaba un castillo medioeval del que no queda más que los cimientos. Acerca de su último señor corre una curiosa leyenda que cuentan en Hinojosa como si hubiese ocurrido hace pocos años; tan vivamente impresionó la imaginación de ese pueblo. Parece que ese señor era un verdadero déspota tirano y exigente que inclusive cobraba el "jus primae noctis". Señor de vidas y haciendas no reconocía mas leyes que sus caprichos y antojos. El pueblo oprimido deseaba sacudir aquel afrentoso yugo y estaba dispuesto a ejecutarlo a la primera ocasión que se le ofreciese. Un pastor sostenía relaciones amorosas la hija del castellano y con ella se entendía por señas desde los montes de enfrente. Para verse más de cerca se comprometió ella a dejarle una noche abierta la puerta del castillo. Era la noche de San Juan. El pastor avisó al pueblo, que armado de palos y tizonas, invadió las galerías y salones del alcázar buscando al delincuente. El cual despertando despavorido en su lecho, y comprendiendo la gravedad de su situación, medio desnudo, con una media caída y una alabarda en la mano pudo salir por un postigo y escapar de las iras de la muchedumbre.
Un hombre de la villa, que una tradición menos común llama Juan de Dios González juró un día delante de un grupo numeroso de paisanos: "Si yo fuera regidor.. .esto se acababa". Tiempo después y en la primera ocasión salió elegido el mencionado vecino, que puso manos a la obra para solucionar la villanía. Realizó reuniones secretas del Concejo y encargó a los concejiles comunicaran a cada vecino en particular la determinación: atacar por sorpresa. En las primeras horas del día de San Juan, rodean el castillo por todas partes; con sus variados instrumentos de campo (tornaderas, hachas, picos, porras) destrozan las puertas, buscan al Feudal, y al no hallarlo, prenden fuego al castillo. Más tarde se dan cuenta que huía "carril" abajo a caballo. Le persiguieron hasta la frontera con Portugal, pero no quisieron matarlo para no dar motivo al rey de Portugal de una guerra, ya que el Feudal era su valido.
La existencia de distintas versiones en cuanto a la leyenda que genera el ritual que actualmente se representa, son lógicas si tenemos en cuenta que se trata de una tradición que se ha transmitido oralmente de generación en generación. Al no trasmitirse por escrito, sino de palabra, poco a poco se le han acumulado aditamentos para hacer la historia más interesante al que la escucha.
A pesar de las variantes, todas coinciden en que "echar la bandera" es una conmemoración festiva, recuerdo de la liberación que ocurrió en San Juan al vencer el pueblo unido al señor feudal. Este el acto cultural tradicional más importante, que se vive actualmente en Hinojosa.
El rito de echar la bandera es un acto que se encuentra en una fase de evolución entre la representación y la danza, hecho que raramente vemos en otros bailes tradicionales, ya que a pesar de que todas las danzas en un primer estadio eran representaciones bastantes fieles al suceso que pretendían revivir, van evolucionando en favor de la estética, para devenir en unos movimientos y ritmos abstractos que ya no evocan claramente lo que en un principio representaban. Echar la bandera es más representación que danza, si bien ésta se halla presente en todo momento, en la música del tamborilero y el baile constante del de la alabarda, así como en el de la bandera. |
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