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Las marcas de los canteros que apreciamos en Pinhel así como en otras construcciones de la Edad Media (iglesias, palacios o castillos) son firmas personales de los autores de los trabajos en la piedra. Siempre aparecen en la parte central de los sillares y servían para señalar el trabajo terminado, identificarlo, y recontarlos para calcular el estipendio que correspondía a cada trabajador. Son símbolos grabados en la piedra por los canteros que representaban ideas abstractas o realidades cotidianas de sus autores. Permanecen los rasgos físicos pero las interpretaciones son meras conjeturas ya que desconocemos su verdadero significado, el atribuido en el momento de su diseño.
Cada sigla corresponde a un maestro maçon y lo identifica de por vida. Hay siglas que son réplicas exactas de otra pero con uno o varios añadidos; esto se explica por la pertenencia de sus autores a un mismo taller (alumno) o a una relación de parentesco (hijo). También pueden aparecer dos siglas en el mismo sillar lo que hace referencia a la relación de un maestro con su alumno. En este caso, la firma situada en centro del sillar pertenecería al maestro.
Existen gran variedad de siglas, las más habituales representan números, formas geométricas, ángulos, triángulos, cuadrados con o sin diagonales, semicírculos, curvas, elipses, óvalos, etc. Hay también representaciones de letras, flechas, cruces, etc. En todos los casos su tamaño no supera los diez centímetros y el trazo es fino y poco profundo, motivo por el cual conviene observarlas en los momentos más luminosos y procurando que la luz incida de forma lateral para que haya una zona de sombra y se aprecien mejor.